La situación de los hospitales madrileños se complica
Satse anuncia que la situación de los hospitales madrileños se complica
Ante la afluencia masiva de pacientes, las plantillas de enfermeras están al mínimo
Acceder a la Urgencia de un gran hospital es fácil. Conseguir cama en la hospitalización es bastante más complicado, “especialmente porque no es sencillo transformar una planta limpia en una sucia ante la falta de enfermeras/os por lo que muchas gerencias están recurriendo a transformar los Servicios de Urgencias en plantas de hospitalización encubiertas. Los pacientes están en este Servicio más tiempo del debido y son las enfermeras/os de la Urgencia las que deben procurarles los cuidados que necesitan”.
En los últimos días es sencillo encontrar a un paciente que lleve más tiempo del debido en la Urgencia. Las plantas de hospitalización de muchos centros asistenciales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) están al límite y no es posible buscarles acomodo. La solución que han buscado, mantener al paciente en la Urgencia durante más tiempo. El problema es que las enfermeras de estos Servicios tienen las plantillas muy ajustadas y se ven obligadas, además de atender a las urgencias que entran, a ofrecer los cuidados que necesitan los pacientes ingresados.
Vacunar en los centros de salud y no en el Zendal
“Urge que se reduzca la actividad quirúrgica para evitar traslados a las plantas de hospitalización y liberar camas, que cuentan con plantillas enfermeras muy reducidas, y que ya no dan más de sí”, explican desde SATSE Madrid, que también reclama que se refuerce la Atención Primaria “y empiecen a vacunar de forma habitual para que los centros de salud puedan asumir las vacunaciones que se están llevando a cabo en otros ámbitos, como puede ser el Zendal que debería realizar la labor para que se creó, la atención a pacientes Covid y no vacunaciones”.
“La renovación de los contratos ha sido un despropósito, explican desde SATSE Madrid, que considera se hizo tarde y mal por lo que muchas enfermeras/os prefirieron aceptar contratos fuera de Madrid por la tardanza en ofrecérselos aquí. Otras, hartas del maltrato a las que se les somete, decidieron hace meses no volver a trabajar para el Sermas y buscaron empleo en otros Servicios de Salud por lo que la realidad es que Madrid es un destino laboral poco deseado”.
De hecho, en el último año y medio, más de 2.000 enfermeras han abandonado Madrid, según datos proporcionados por el Colegio de Enfermería, para colegiarse y trabajar en otras CC.AA. Las retribuciones de las enfermeras madrileñas están entre las más bajas de todo el Estado, la ratio de enfermeras/pacientes es de las más elevadas y las condiciones laborales, en general, están entre las más precarizadas de todo el Estado. Por si esto fuera poco, el nivel de vida de nuestra Comunidad es de los más altos por lo que muchas enfermeras/os prefieren emigrar para desarrollar su profesión.
Además, la mayoría de los Servicios de Salud ofrecen contratos de más larga duración, con mejores retribuciones, explican desde el Sindicato de Enfermería, que considera que “la gestión realizada tanto de la 5ª ola como la de las anteriores, ha sido deficitaria en Madrid. Seguimos teniendo centros de salud y consultorios locales aún cerrados, los Servicios de Urgencias de Atención Primaria se clausuraron al inicio de la pandemia y no han vuelto a abrirse en la mayoría de las ocasiones y la atención telefónica que se ofrece en los centros de salud provoca que muchos pacientes terminen en las Urgencias con patologías banales que deberían resolverse en este espacio asistencial”.
Y el Zendal ya no es un aliviadero
La situación del Hospital Enfermera Isabel Zendal, aliviadero momentáneo de la situación de los hospitales en las anteriores olas, ya no cumple su misión ante la necesidad de seguir vacunando las 24 horas al día.
“Hace una semana, explican desde SATSE Madrid, reiteramos la necesidad de que se dejase de vacunar en los dos pabellones que estaban dedicándose a ello, para trasladar enfermeras a la hospitalización. Un día después de pedirlo, se cerró un pabellón para dedicarlo a los cada vez más numerosos pacientes que iban recalando en el centro, pero la situación solo mejoró un poco ya que enseguida se llenó”.
“No es normal, continúan, que dos enfermeros tuvieran que ocuparse de 9 pacientes en la UCI (lo recomendable por seguridad del paciente es 2 por enfermera/o) o que una única enfermera/o deba hacer el seguimiento de 41 pacientes hospitalizados (lo recomendable son de 12 a 14) y eso es lo que se produjo en el Zendal el día previo a cerrar el pabellón de vacunación”, finalizan desde SATSE Madrid.