La Estrategia de Residuos de la CAM no mejorará el entorno
La Estrategia de Residuos de la CAM no mejorará ni el entorno ni la calidad de vida de los madrileños
Comunicado de prensa/Pinto Información
La Plataforma contra la incineradora de Pinto, ha expresado “que si se aprueba la propuesta del Gobierno de la comunidad tal y como se ha propuesto, la repercusión de la estrategia de residuos en la vida de los madrileños y en el entorno no será positiva. Indicadores inexistentes, objetivos demasiado conformistas (que no llegarán a alcanzar la legalidad normativa), responsabilidad diluida y la falta de un presupuesto suficientemente específico son los principales problemas de la Estrategia de Residuos de la CAM 2017-2024 que acaba de cerrar su fase de presentación de alegaciones”.
El pasado 22 de Mayo finalizó el plazo de alegaciones a la Estrategia de Residuos 2017-2024. Desde la Plataforma contra el proyecto de Incineradora Madrid Sur han discutido la Estrategia, han cuestionado diferentes puntos, y han avanzado propuestas que fomentan la participación e implicación por parte de individuos, asociaciones y diferentes instituciones en esta estrategia que va a definir el futuro de nuestra comunidad a medio y largo plazo.
Están preocupados porque llega tarde (debería haber entrado en funcionamiento en el 2017 y es probable que lo haga prácticamente en el 2019), pero sobre todo porque presenta deficiencias importantes y no establece las bases necesarias como para garantizar un camino sólido hacia la sostenibilidad de nuestro entorno.
Entre los aspectos más destacables es la falta de definición del modelo de gestión en las plantas de reciclaje de residuos. El tipo de plantas de tratamiento, su diseño y configuración deberían derivar obligatoriamente de los objetivos establecidos por la Estrategia, ya que deberán garantizar la eficiencia en la recuperación de un porcentaje mayor o menor, o el triaje de un determinado tipo de residuos u otro. Dada la realidad actual de la CAM, será necesario construir nuevas plantas de reciclaje que se adapten a la normativa europea, y debería ser esta la piedra angular de esta estrategia. Sin haber iniciado a fecha de hoy el proceso de la construcción de las nuevas plantas es
difícil prever cuánto pueden aportar a la consecución de objetivos. Y lo cierto es que la CAM no fija ningún condicionante y deja este asunto de manos de las mancomunidades y al albur de la disponibilidad económica de estas. Es decir, elude su responsabilidad y permite que no se generen mejoras sostenibles imprescindibles por motivos financieros.
La movilización de la población madrileña, especialmente en los municipios de la zonas sur y este de la comunidad, ha conseguido que la CAM renuncie a la posibilidad de construir dos incineradoras (construcción que sí estaba prevista en el Documento Preliminar). Sin embargo, en esta Estrategia se incluye que “… las mancomunidades valorarán el desarrollo de alternativas de valorización energética entre las que se incluyen la fabricación de Combustible Derivado de Residuo (CDR) o equivalente…”. “Fabricación de CDR” no es sino un eufemismo para “incineración”, por lo que no se excluye totalmente esta posibilidad, sino que como veremos en el gráfico más adelante, los objetivos incluyen un aumento en el porcentaje de residuos tratados con incineración de 11% (año 2015) a 15% (año 2024), con la gravedad que ello supone para la salud de madrileños y madrileñas.
Desde la Plataforma contra la incineradora nos recuerdan el efecto negativo que están teniendo en el entorno natural algunas plantas de gestión de residuos como el vertedero de Pinto, en cuyos alrededores se están esparciendo diferentes residuos, especialmente plásticos no biodegradables. A estos impactos se suman con demasiada frecuencia vertidos ilegales y lixiviados que afectan al ciclo de la naturaleza y en consecuencia a la salud de los habitantes delos municipios cercanos.
Como han indicado en sus alegaciones “en general echamos en falta objetivos de obligado cumplimiento y presupuesto suficiente para desarrollar medidas”, esto prácticamente en todos los ámbitos, pero muy especialmente en el plan de prevención de residuos domésticos, de comercio, empresariales e industriales. A ello se añade la ausencia de indicadores de gestión y control en, por ejemplo, en residuos de construcción, de neumáticos fuera de uso, de vehículos fin de vida, biológicos de podas y jardines, etc. Por otro lado, otras medidas como la reutilización de muebles o similares, reparación de RAEE, disminución de materiales en el empaquetado a través del ecodiseño, medidas estas que podrían generan puestos de trabajo y actividad económica e industrial específica pasan desapercibidos en la Estrategia propuesta.
Todo ello repercute en la escasa exigencia a la hora de establecer los objetivos en las diferentes áreas de intervención, cumpliendo con mínimos la normativa europea (p. ej. plazo para la recogida selectiva de materia exactamente para el 2023) y otras veces ni eso. Pues bien, además de este aspecto, la propuesta que la estrategia define que en el 2024 (año de finalización) la comunidad de Madrid reciclara sólo el 39.42% de los residuos, cuando ya desde 2020 es obligatorio cumplir con un objetivo de 50% según la normativa europea ya aprobada que será traspuesta en breve. Como se ve en el gráfico abajo estamos a 18 meses del primer incumplimiento (el atraso en la publicación de esta Estrategia inicial hace que estemos trabajando con datos del 2015 no actualizados en 2017).
GRÁFICO
Incluso en el caso de la recogida y recuperación de textiles, en el que la Estrategia adelanta plazos en relación a la UE y establece enero del 2022 como fecha límite (cuando la normativa europea se alarga hasta el 2025), no se establece como obligatoria y queda condicionada, de nuevo a la posibilidad de implementación de mecanismos. De nuevo, el factor económico y la ausencia de compromiso presupuestario comprometen la ejecución de la Estrategia.
En este mismo sentido, La Plataforma ha solicitado la revisión de los convenios con los SIG (Ecoembes y Ecovidrio) para liberar a los ayuntamientos de la carga financiera extra de la recogida, así como ciertas medidas compensadoras (eliminación de tasas) que beneficien a las municipalidades que en su esfuerzo consigan reducir los residuos generados o que efectúen una recogida especialmente adecuada minimizando con ello la contaminación. Recomiendan igualmente, el establecimiento de impuestos especiales para promover y facilitar iniciativas en los diferentes ámbitos de la economía circular como por ejemplo, para la transformación de los Puntos Limpios en Centros de reutilización y reparación de muebles o RAEE (entre otros) dotándoles de segunda vida, en lugar de ser desechados.
Insisten pues en que la gran carga del avance en pro de una sociedad medioambientalmente sostenible continúa reposando en las arcas de los municipios que están soportando una parte muy importante de los costes de recogida (llegando al 50% del total en algunos casos), y a los que no se les dotará de un soporte financiero para hacer frente a todas las adaptaciones necesarias para cumplir con los objetivos establecidos (que aun siendo insuficientes, les obligará a modificar por completo el modelo de recogida de los diferentes residuos). Insistimos desde la Plataforma contra la incineradora en generar medidas financieras e impositivas que faciliten la financiación requerida para los gobiernos municipales.
Igualmente la Plataforma contra la incineradora afirma “Que con toda rotundidad la propuesta de Estrategia de Residuos de la CAM (2017-2024) si se aprueba tal y como está no mejorará ni el medio ambiente de Madrid ni la calidad de vida de los madrileños”.
Desde la Plataforma contra la incineradora, esperan de la Comunidad de Madrid que estudie detenidamente las alegaciones recibidas, que servirán sin duda para mejorar sustancialmente la Estrategia de residuos para que, en definitiva, en el año 2024 la CAM haya conseguido avanzar hacia futuro sostenible con menores índices de contaminación, optimizando los recursos naturales, disminuyendo la degradación de nuestro entorno y con una ciudadanía más concienciada y ecológicamente activa”.